miércoles, junio 14, 2006

Dolor

Desde que descubrí los maníes salados y con miel, mis idas al supermercado han aumentado considerablemente. Menos mal que las bolsitas son más que individuales porque de lo contrario tendría algún problema renal a estas alturas; lo que no se pudo evitar fue el consiguiente partimiento de paladar, por lo que además se ha vuelto doloroso el proceso de comer los manìes salados y con miel. Tendré que dejarlos, aunque sea por unos días.

No quiero reunirme, estoy cansada de escucharme decir una y otra vez las mismas proyecciones, que nisiquiera son mías, claro que yo misma las inventé y hasta tengo q defenderlas. De pronto ni tienen que ver con mis convicciones, que cada vez que las analizo son más difusas. ¿Qué creo?. Nada. Estoy absuelta del mundo por falta de fé. La gente de "éxito" me parece fome, siempre he pensado que la Consuelo Saavedra y su marido Velasco deben ser más fomes que la cresta, tan compuestitos, qué podrán desear de la vida?, serán ellos ellos, o estarán tan metidos en sus respectivos papeles en el teatro de la contingencia que llegarán a sus casas a revisar apuntes y leseras de actualidad, contándose las copuchas del Estado y el canal?. Tendrán algún momento de sexo desenfrenado?, verán películas porno?, se mandarán a la cresta de vez en cuando?, correrán por su casa con los cabros chicos?, meterán el dedo en la torta?, dirán garabatos? . No sé por qué termino pensando en esa gente, o en la niña gorda que se casó el mismo día que yo, y que estaba feliz buscando sus recuerdos de matrimonio en la misma tienda en que yo compraba las cuestiones para hacer los míos, y que cuando salió feliz con su bolsa llena de cintas y leseras, una de las vendedoras le dice a la otra: "si esa encontró marido, entonces todavía no pierdo las esperanzas".

El caballo de la playa, llamado Chinaski, murió de gripe equina. Pobrecito. Era un sol.